30 abril, 2009

Un dinosaurio en Google

El Gran Hermano no quiere pagar por el uso del contenido de los diarios

Maureen Dowd 
Para LA NACION

MOUNTAIN VIEW, California.- Eric Schmidt parece bastante inocente, con sus ojos color aguamarina, su diminuta oficina repleta de juguetes y su campus de Google bien provisto de canchas de vóley, bicicletas sin encadenar, máquinas expendedoras de cereal y bebidas orgánicas energizantes, golosinas con forma de animalitos, asientos de inodoro calefaccionados, huertos de hierbas aromáticas y playas de estacionamiento con enchufes para recargar autos eléctricos.

Mientras que Google escudriña nuestros hogares, nuestros océanos, nuestras debilidades, nuestros movimientos y nuestros gustos, su presidente y director ejecutivo no se parece en nada a esos Dick Cheney que aspiran a dominar el mundo. 

No hay comentarios.: