PABLO ROMERO
LONDRES.- Cada científico con su 'superordenador', y un 'superordenador' para cada investigador. Lo que parecía una utopía se acerca cada vez más a la realidad. El uso de los procesadores gráficos para cálculos cada vez más complejos y rápidos lo está haciendo posible. Y por menos de 9.000 euros.
Si pensamos en un 'superordenador', enseguida vienen a la cabeza imágenes de gigantescos recintos llenos de armarios y cables, y presupuestos astronómicos para su mantenimiento. No obstante, ahora es posible disponer de una potencia de cálculo de hasta cuatro teraflops por segundo en un equipo que no ocupa más que uno de sobremesa.
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